Aquí no se habla del Mío Cid, sino de "los Cid míos".

Aquí no se habla del Mío Cid, sino de "los Cid míos".
Los protagonistas de estas historias: Ramonín, Elaine y Camila (mi familia). IMPORTANTE: Ninguno fuma, y nunca lo hago cerca de ellos.

miércoles, 11 de julio de 2007

Temporada de cata. Dia 4


DIA DE CATA 4.LLEGAN REFUERZOS. Vámonos con Pancho Villa !!!

Hoy se reanuda mi lucha contra el tabaco. No es eso lo que estoy haciendo? En cuanto me cae uno en las manos, lo consumo hasta el final, hasta reducirlo a cenizas. Quién me dice que no trabajo duro en su eliminación?

En esta oportunidad, reabro la temporada de cata con tropas frescas que arribaron de México (gracias Rene, al Pipa Club de Torreón, y a la Casa del Fumador del DF, por sus muestras adicionales).

Esto del tabaco de pipa recién llegado de tierras aztecas, me hace sentir muy confortado, en especial porque me siento como un verdadero AZTECA. Bueno, al menos eso es lo que mi esposa me hace ver (y sentir), con aquello diario de: “AZTECArgo de llevar a Ramonín hoy al Circulo Infantil (kindergarten)”, “AZTECargo de pagar la factura de la eletricidad”, “AZTECArgo de cocinar mientras yo alimento a Camila….” etc. Pues bien, totalmente identificado con mis nuevas muestras, hoy arranco con la primera:

Estoy esta tarde en casa esperando al plomero. Me ha dicho que demorará una hora en llegar, así que es buen momento para degustar la primera muestra. En realidad, estoy esperando este hombre(un amigo y vecino “amateur” en el arte de la plomería/fontanería, pero muy entusiasta en este trabajo) para que me dé apoyo moral. Bien. Resulta que mi inodoro me odia. Es un odio visceral, y me lo demuestra explícita y descaradamente cada vez que tengo que servirme de él para “dar lo mejor de mí”, y luego descargar. Qué sucede: en mi cuarto de baño existe un diseño hidráulico digno de un premio Nóbel de Física, en el cual, la presión de agua y la altura del tanque del inodoro + desagüe hacen que exista en un equilibrio probabilístico gaussiano tal que; estocásticamente, lo que yo deposito (por decirlo de alguna manera técnica) sea evacuado (o no) sujeto a una probabilidad que en general me es adversa. Lo jodido es que solo pasa CONMIGO, y no, por ejemplo, con Elaine y/o Ramonín (que ya sabe servirse del vater como las leyes de la decencia humana dictan). Para ellos, siempre que halan la palanca, funciona como “que el viento se llevó”, y no hay complicaciones adicionales. Felices que son !!!!

Para mí es diferente. Puede que haya una probabilidad de que descargue (siempre al primer intento), y todo fluya, pero esa es mínima, y generalmente necesito varias repeticiones, y ayudado por un reservorio extra de agua, que ayude en la presión de fluidos. Esto lleva consigo un grado de sincronismo que es bastante estresante. A Ramonín le encanta, pues se emociona superlativamente cuando ve a su padre regando agua por toda la casa o maldiciendo frente al baño y sudando frío (a todas estas, el inodoro siempre se mantiene imperturbable).

Últimamente, me resigno a bajar la tapa del inodoro una vez terminada mi actividad, y descargo sin mirar lo que sucede, con la esperanza que me da la Física Cuántica (lean sobre el “Gato de Schrodinger”, y verán por qué lo hago) en la cual, hay una probabilidad de que sin mirar, mi depósito esté en un estado cuántico nebuloso, y haya dos posibilidades al abrir: que esté, o que no. Esto es básicamente la “Teoría de Múltiples Universos”, donde, cuando uno hace algo que tiene más de una posibilidad de ocurrir de manera diferente, automáticamente el universo de divide en otros tantos universos, como probabilidades de ocurrencia hayan (en un universo, lo “mío” se ha ido por el caño, y paralelamente, en otro universo, este “paquete” ha quedado nadando en la poceta). Pero lo jodido es que SIEMPRE ME TOCA CAER EN EL UNIVERSO EN EL QUE MI CREACION SE QUEDA FLOTANDO.

En fin, Camila y Elaine se han ido a la casa de enfrente, a sabiendas de que probablemente haya mojazón de piso en casa, y solo cuento con la presencia de Ramonín para esta cata de hoy (en lo que llega el plomero).

DIA 4: Bitácora del Capitán.

Material de plomería: Samuel Gawith & Co. “Café y Caramelo” (Kendal)
Herramienta: Claude Romain
Hora: 18:00 local
Aprendiz de plomero: Ramonín (representa el 33.333333 porciento de mi público habitual, pero hace quórum)
Edad del publico: 4 años


Lo mismo: abrimos el paquete, y tiene un olor especial. Se le siente el Latakia por algún lugar, además de que se ven perfectamente las hebras.

La fumada comienza bien, tranquila, quema espectacularmente bien, no me deja sabor “picante” en la lengua, aunque confieso que me sabe a LATAKIA, y no logro distinguir el sabor de Café ni del Caramelo (aunque si se “huele” en el paquete).

Los primeros 20 minutos transcurren apaciblemente. Yo en el balcón, y Ramonín haciendo castillos con un MECANO. Camila y Elaine todavía haciendo visitas. A través de estos meses de fuma en pipa, ya el interés inicial de mis cofrades hogareños ha caído en picada, pues se ha convertido en un habito común, y nadie me presta mucha atención en las fumadas.

A los 35 minutos, tengo que actuar de “dragón escupefuego” a solicitud de mi primogénito, así me obliga a hacer aspiraciones extra a la pipa para soltar grandes bocanadas delante de Ramonín, mientras doy alaridos y lo persigo por toda la casa con la pipa en la boca echando humo como una locomotora, algo que realmente a mi hijo le encanta, pero a mí me deja extenuado y con mareos por el esfuerzo.

Con un vaso de agua recupero los ánimos (y el aire), y termino la fumada sin más problemas, con un gusto agradable, y fresco. Muy buena muestra, a mi gusto….Ah, perdón, están tocando a la puerta……debe ser el plomero...

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