Aquí no se habla del Mío Cid, sino de "los Cid míos".

Aquí no se habla del Mío Cid, sino de "los Cid míos".
Los protagonistas de estas historias: Ramonín, Elaine y Camila (mi familia). IMPORTANTE: Ninguno fuma, y nunca lo hago cerca de ellos.

martes, 18 de diciembre de 2007

ALTO AL FUEGO POR NAVIDAD. CARTA A LOS REYES MAGOS


Queridos Reyes Magos:

Quiero agradecerles infinitamente por este regalo piperil que acabo de recibir hoy (una preciosa pipa Peterson System Standard, full bent, y tabacos aromáticos estupendos), que sinceramente superó cualquier expectativa de mi parte.

Les pido disculpas porque me encontraron sin poner hierba para los camellos y agua debajo de la cama, pero es que con Camila gateando por todas partes y a toda hora, no es seguro dejar nada comestible en el piso, espero me sepan comprender. También tengo la atenuante de que llegaron un poco fuera de fecha (Reyes Magos, en Enero, no?), pero para mí no es problema……

Por otro lado, aprecio infinitamente vuestra condescendencia y fé en el prójimo, pues este año no me he portado en realidad muy bien que digamos. Pasando de que el en el mes de Septiembre le comí clandestinamente los tres ultimos Chupa-Chups que Ramonín guarda celosamente en la puerta del refrigerador (estaba viendo una película muy buena a altas horas de la noche y se me había acabado la picadura), y reincidí nuevamente en Noviembre, cuando mejoré mi leche con el paquetito de Atole de chocolate destinado a Camila. Juro que todos estos desmanes fueron cometidos bajo la influencia de altas dosis de Latakia (o su falta), por lo que me declaro jurídicamente incompetente para ser juzgado por tales fechorías inconscientes.

Lo que sí es criminal (pero no lo vuelvo a hacer, eh) es que negué ambos hechos de manera contundente ante la autoridad competente (mi esposa lleva un control extraordinario de las existencias hogareñas), y mis hijos (a falta de una consultoría jurídica consistente y lenguaje apropiado para ayudar a la fiscalía), no pudieron ir más allá con el proceso. El daño colateral es que desde ese momento, Elaine está a la caza de alienígenas que hurtan Atole de chocolate y Chupa-Chups en las despensas de gente de bien para utilizarlo como combustible nuclear de su platillo volador, o para teletransportación; que no estamos claros sobre ese particular.

También supongo que no cuenta que en este 2007 había prometido a mi mamá dejar el cigarrillo, cosa que técnicamente hice....pero por la pipa. Aunque puede que esto de mejorar mi calidad nicotínica de vida ustedes lo hayan apuntado a mi favor, si el hecho de que yo haya arrastrado a mi hermano al vicio de fumar en pipa fuera "malo " (por ejemplo, mi madre no le encuentra la gracia por ningún lado), entonces, por favor, consideremos el asunto en tablas, y no tocamos más el tema, vale?

Queridos Melchor, Gaspar y Baltasar:

Es extraordinario que además se les pasara el hecho de que tampoco escribí la carta (que según el manual, va junto con la hierba y el agua debajo de la cama) para pedir mi regalo y hablarles de mi currículum y/o prontuario anual, así que esto redunda en mayor gloria para vuestra intuición y altruismo al considerar que soy un tipo muy bueno y que me he comportado durante este año como Dios y mi esposa mandan.

Bueno, nada, que prometo portarme un poco mejor para el 2008. Muchas gracias!!!!!

lunes, 29 de octubre de 2007

Temporada de cata. Día 8


DIA DE CATA 8. PAZ RELATIVA. TRIFULCAS ENTRE LA SOLDADESCA. Heridas leves en el Alto Mando.

Hoy es un día común, salvo porque me apresto a estrenar una nueva pipa, con mi agradecimiento a Joaquín, del Circulo de la Pipa de México (CPM), así como de otro tabaco proveniente de Torreón (gracias como siempre, Rene).

En estos días ya a esta hora (7:00 pm) para fumar con cierta tranquilidad y autonomía en casa debo pastorear a mis crías de una manera particular: mientras Ramonín disfruta doméstica y pacíficamente la TV antes de su baño, Camila se encarga de vaciar una caja llena de objetos de los más diversos tipos, tamaños y colores, que el paciente padre llena cada vez que la chiquilina termina. Todo esto lo hace desde su corral, que también lo he situado frente a la TV, para desde una sola posición (a unos 3 mts, en la puerta de la casa), yo pueda controlar a los pequeños, mientras Elaine prepara la comida.

La estrategia de sacar y meter cosas de la caja funcionó muy bien a mi favor los primeros dos días, y Camila se demoraba unos 20 minutos cada vez (sacaba el objeto con una mano, lo observaba detenidamente, lo cambiaba de mano un par de veces, luego lo mordía y lo babeaba todo lo humanamente posible, lo ponía a su lado, y empezaba con otro, y así…..), por lo que yo podía fumar mi pipa plácidamente, y al rato acercarme y rellenar la caja…secular seculorum.

Camila mejoró concienzudamente el método (ahora muerde y babea uno de cada tres, y lanza fuera del corral dos de cada cinco), lo que se me convirtió en un tormento de Sísifo combinado con hacer malabares con la pipa (debo dejarla en un lugar seguro antes de acercarme a la beba, limpiarme bien las manos y rellenar la caja a toda velocidad, pues Camila entonces se obstina y pide por señas y graznidos que la saquen del corral).

Dia 8. Bitácora del Capitán.
Gas lacrimógeno: Commonwealth (SG)
Dispositivo anti-motín: Chadwick
Amotinados: Ramonín y Camila (Elaine solo actuó como elemento represivo)

Tal como van las cosas, relleno la caja de juguetes de Camila, pongo en la TV el episodio favorito de los Power Rangers a Ramonín, y empiezo a cargar la pipa con el Commonwealth. La operación de apertura de la lata y esnifado del tabaco la reduzco a un par de segundos, pues estoy ganando segundos preciosos de fumada a toda costa (de reojo observo la destreza de Camila sacando tarecos de la caja y dispersándolos alegremente en un radio de 3 metros a la redonda, y por su cadencia de disparo calculo unos 2 minutos máximo antes de que me toque el turno de rellenado).

El olor es agradablemente intenso, latakiado, por lo que de primera sé que me va a gustar. Empiezo encendiendo (sin quitar los ojos de la catapulta humana), y el tabaco arde de maravillas, sin complicaciones en el arranque.

En un par de pitadas, el sabor se entroniza con un Latakia fuerte y seco, que aunque al final la mezcla en general se saborea como “un poco suave” o más “neutra” para mí, marca la diferencia con otros tabacos parecidos.

La combustión es excelente, y se mantiene encendido aún a pesar de mis repetidas paradas para serviciar el llenado de la caja de Camila, dejando la pipa en un pequeño adorno de porcelana que está sobre una mesita cerca de la puerta de la calle.

Al rato, Ramonín salta:

- Papá, quiere cargue a Camila, pa favooooor…….

El granujilla insiste en la cabrona costumbre de hablar en tercera persona, a pesar de que lo he amenazado un par de veces (en privado) con hacerle la lobotomía si continua en esa.

- Déjalo, que eso es bueno para que los hermanitos se quieran y compartan juntos- interviene mi esposa desde la cocina.

Ok, hecho. Ramonín entra al corral y se sienta a espaldas de Camila, mientras la abraza amorosamente (en la opinión de Elaine, para mí que la estaba apretando demasiado, pero me lo callo, por si acaso).

Mi esposa y yo nos quedamos mirando extasiados la imagen angelical de los dos querubines…

Un milisegundo después, Camila se voltea como un rayo y se prende de la oreja izquierda del hermano con una mordida colosal, a lo que Ramonín (presa de pánico, en legítima defensa y con peligro para su vida), responde con un alarido mientras le encasqueta a la susodicha en la cabeza la caja plástica donde segundos antes sacaba y metía los objetos.

La madre se lanza a separarlos, rescatando a Camila, que bufa y resopla con la caja hundida hasta los hombros (por detrás parecía la versión mini de Darth-Vader, pero no consideré oportuno bromear al respecto), y yo por mi lado a buscarle hielo a Ramonín.

En el ajetreo de gritos, recriminaciones e investigación de los hechos, le di accidentalmente un golpe con la cazoleta de la pipa a la figurilla de porcelana que me servía de reposa-pipas, a la cual no se le ocurrió otra cosa que caerse al piso y hacerse añicos.

Con los ánimos calmados, luego de contar las bajas y cuantificar los daños materiales de esta trifulca en medio del humo (a todas estas, se me olvidó soltar nuevamente la pipa), comenzamos a recoger los fragmentos de porcelana. La figurita en cuestión se rompió en mil pedazos, de los cuales logramos recoger novecientos noventa y nueve. El fragmento número 1000 me lo encajé yo en la planta del pie derecho, cuando fui a buscar los fósforos para encender de nuevo.

Me gusta andar descalzo en casa, y qué? Esto viene de familia. A mi hermano, por ejemplo, cuando era pequeño, mi abuela lo bañaba con los zapatos puestos, por aquello de que “después no se los deja poner de nuevo……”.

Ahora, en mi retiro de convaleciente - en el sofá, con pie en alto y una curita en la planta - logro cierta consideración por parte de Elaine (se me permite magnánimamente terminar la fumada sin tener que cargar a Camila, que observa desenfadadamente a su víctima con cara de vaca mirando al tren), y una admiración respetuosa por parte de mi agredido primogénito, con el que intercambio dolencias:

- Mira, campeón, mi “yaya” es más grande que la tuya- le muestro mi cortadura con cara compungida- y me duele más que a tí tu oreja. Ves? No lloro.

- Si, si, papá, ya, ya, no pasa nada - me consuela, olvidándose por unos instantes de su oreja tumefacta.

jueves, 20 de septiembre de 2007

Temporada de cata. Día 7


DIA DE CATA 7. NUEVOS REFUERZOS EN ARMAS Y TROPAS. TRATAMIENTO PSIQUIATRICO DE SINDROME DE GUERRA. Problemas con la planificación y gestión logísticas.


Hace unos 15 días, de Asturias llega un nuevo contingente con sorpresas increíbles (una vez más, gracias Iván). En esta oportunidad, además de un par de pipas preciosas, llegan tabacos, así que hoy estamos de fiesta (digo, de cata).

Me estoy volviendo indecentemente acaparador con las pipas, ya en estos momentos me he dado cuenta que cuento (“varga la redondancia”, como decía un amigo de la secundaria) con la friolera de 6 pipas, las cuales son todas diferentes en formas y marcas, y esto se ha convertido en un pequeño problema para administrar adecuadamente su uso. Me explico (a ver si ALGUIEN me entiende, pues Elaine me mira como un bicho extraño):

La verdad es que cada pipa está tomando su personalidad propia, y encaja en su momento adecuado. Por ejemplo, la Claude Romain es la reina de todas, y la reservo para la noche de los sábados (para ver las pelis en solitario, con algo de café). Esta pipa tiene una rotación de una semana. La Amphora, es para todas las tardes-noches en casa, pero en momentos que pueda estar sentado o leyendo, pues ya me gusta acariciar la forma de la cacerola, mientras leo algo o finjo que escucho lo que mi mujer me esté sermoneando en ese momento (tiene una rotación de 24 horas - la pipa; los sermones tienen una periodicidad de 20 minutos-). Ahora, la Brebbia es para cuando llego del trabajo y me voy al balcón, inmediatamente antes de preparar el baño a Ramonín y nunca después de forcejear con él para secarlo con la toalla (tiene una rotación irregular, pero siempre mayor a 12 horas). La corn-cob es para los sábados y domingos en la mañana, que bajo a pastorear a Ramonín en el jardín, donde -excepto comer hierba - hace todo lo concerniente a la mejor bestezuela de patio en compañía de otras alimañas de su misma especie y edad (tiene rotación de una semana, con 2 días seguidos). La Parker es para ir al mercado y bajar a mecaniquear la moto, así que tiene una rotación de unos 4 días. La cubana, es del diario, así que la llevo al trabajo. Funciona 8 horas por día. Es una maravilla.

Esto lleva un serio trabajo de programación, además de la limpieza y cuidados de cada una, así que me dediqué a etiquetearlas todas para saber cuándo me tocaba usar cada una, luego hice un Plan con una hoja en Excel para ir confirmando las fechas/horas de uso, y otra para el mantenimiento y limpieza.

Elaine primero no creía lo que estaba viendo y me decía que iba a terminar loco, luego me fue dejando hacer…y ahora se limita a observarme con preocupación y a enviar a Ramonín (lo sé porque el chico ha confesado bajo tortura) a que me espíe a ver si no estoy hablando solo, echando espuma por la boca, o teniendo alucinaciones piperiles (Camila no ha cooperado en esto. Me consta). La otra noche -dice mi mujer -hablé dormido algo sobre si la curvatura de la pipa tenía que ver con que el arroz con pollo del almuerzo tenía pelos. No le creo, aunque pudiera ser. Y qué?

Puede que me esté volviendo algo susceptible y paranoide con esto, pues anteayer crucé de la cocina a la sala (pipa en boca) y alcancé a escuchar un par de frases sueltas de una conversación entre mi esposa y la vecina de enfrente. Elaine le decía algo como “malditas pipas”, y luego “tratamiento psiquiátrico”……pero no debe haber sido acerca de mí, así que no le dí mayor importancia al asunto y seguí mi camino.

Dia 7. Bitácora del Capitán.

Narcótico tranquilizante: Balkan Sobranie
Aparato de electroshock: Brebbia
Team médico: Elaine, Ramonín y Camila (como en los viejos buenos tiempos)
Hora de la terapia de grupo: 18:00, local

Antes de abrir el paquete de tabaco, les explico a mis preocupados oyentes que el Balkan Sobranie es un mito, que ya no se fabrica, así que cuidadito con tocarme el paquetito (me dirijo específicamente a Ramonín) cuando yo no esté en casa. El aludido baja contrariado la cabeza, mientras Camila grazna triunfalmente: “ÑAÑAAAAA ¡!!!”, así que espero que esto haya quedado claro para todos.

Empiezo por pasarle por las narices a todos el Sobranie, para que sepan a qué huele la cosa maravillosa con la que papá se está intoxicando. Ramonín pasa. Elaine arruga la nariz y Camila en su turno babea la mezcla, así que empiezo por perder unas hebras y ya estoy encabronado por la poca aceptación del producto por mis acólitos hogareños.

El tabaco huele exquisitamente latakiado, con un aroma delicado que al final se me antoja lácteo….

Procedo a cargar y encender la pipa. A esa hora, Camila le dio un magnífico cabezazo (sin previo aviso, que es como debe ser) a su progenitora en la quijada, que obligó al binomio madre-hija a replegarse zigzagueando hacia nuestras habitaciones, así que me quedé con Ramonín en la sala (yo de cara al balcón, y mi cuidador vigilándome, aunque de cuando en cuando mira la TV ).

A los 15 minutos de fumada, Ramonín claudica y se me acerca, solícito:

- Papá, la cucharita marina, pa favor…….

- Qué ¿? – me asombro, aunque no debiera. Siempre es igual.

- La cucharita marina, daleeeeee....pa favooooooooorrrrr........- insiste él, ganando en volumen.

- Coño, que no sé, no sé.....qué cucharita? A comerte la papa? O el dulce?....”marino”¿? - me rindo, desesperado.

- Que lo que quiere es que le leas el cuento de la CUCARACHITA MARTINA ¡!! - vocifera mi esposa desde la habitación, atenta a todo.

Bueno, era eso. Elaine le ha estado leyendo cuentos al pequeño, y este ahora me reclama.....Tengo que ganar tiempo....estoy fumando....y no puedo hacerlo cerca de él....estoy empezando la cata...tengo que pensar rápido....a ver...caramba....algo, ALGOOOOO:

- Ramonín...eh...ah...uhmm…....quieres hacer caca? – le susurro, sugerente.

Es una salida loca, lo sé, pero no se me ocurre nada mejor en ese momento. Lo importante es que Elaine no note que le estoy dando el esquinazo con el cuento. Total, se lo leo en cuanto termine de fumar, lo prometo.

- Sí quiere, papá- dice él, contra todo pronóstico.

Esto es increíble. Gracias, Señor.

- Bueno, hijo, qué bueno, ves? Dale, anda, al baño, a hacer caca, corre- lo conmino, aliviado.

Hace poco más de un mes que Ramonín se sirve solo del inodoro (ya el tibor fue heredado automáticamente por Camila), y aunque usa la tapa horadada “de mujeres”, todavía el orificio de esta resulta ampliamente holgado para sus infantiles posaderas, así que el nene debe hacer algo de malabares equilibrados para sostenerse sin caer al abismo mientras deposita lo suyo.

Elaine se ha quedado con Camila en el cuarto, parece que hicieron las paces y la nena se ha adormilado ronroneante en su cuna. La madre no es menos, y se acuesta en la cama a leer un poco, así que estoy felizmente solo, hasta que se me demuestre lo contrario.

El Balkan Sobranie es una “fina mezcla de hojas claras y oscuras de Virginia con los mejores tabacos de Macedonia”, donde en su fuerte aroma “predominan la Latakia y los tabacos orientales”, y su sabor está “lleno de personalidad” (por qué si ya alguien ha escrito en estas inmejorables frases, yo tendría que hacerlo de otra manera? Confieso: corté y pegué). Eso sí, y que nadie lo ha dicho: a mí además me sabe como con un ligero toque de yogurt al final. No sé por qué, pero me sabe así. En fin, delicioso.

Pongo la pipa en el cenicero, y hago un raid aéreo hasta el cuarto de baño.

- Ya terminaste, Ramonín? – pregunto asomado a la puerta, pues todavía habría que limpiarlo con papel higiénico cuando termine.

- Todavíaaaah….faaalta unaaaaaaahhhh – masculla el interpelado, con la cara colorada de la presión interna.

- Ah, ok, ok, campeón, sigue, sigue- lo tranquilizo.

De regreso, la pipa se mantiene encendida, con una finísima ceniza completamente blanca. Por espacio de 10 minutos, mantengo la plácida fumada.

SPLASH ¡!!!!! Del baño sale un aullido que me hace salir disparado en auxilio del llamante. Ramonín se resbaló y quedó atascado en el inodoro, metido a presión en la tapa protectora horadada.

- Resiste, campeón, que ya te saco- le doy ánimos, en lo que me asomo al otro cuarto a ver si las mujeres se dieron cuenta del asunto.

Elaine está en coma controlado al parecer, pues duerme profundamente, mientras Camila, en la cuna, se mete los dedos en la nariz, ajena al desastre fraterno. Me sonríe desde su posición bocarriba y saluda divertida con un: Tataaaa ¡?
Le tiro un beso, y regreso en busca de mi soldado Ryan, que a todas estas me espera de un humor pésimo.

Una vez concluida la operación de rescate y limpieza, premio la valentía con un par de caramelos, que entretienen a mi primogénito por unos escasos 10 minutos, los cuales empleo en terminar mi pipa.

- Cucharita marina, papá?
-Si, campeón, vamos a la cama, a leerte “la Cucarachita Martina”. Ahora si.

viernes, 31 de agosto de 2007

Temporada de cata. Día 6


DIA DE CATA 6. SERVICIO RELIGIOSO A LAS TROPAS Y ENTRENAMIENTO SUBACUÁTICO. La lluvia como control de la calidad en la albañilería y como determinante económico.

Bien, acabamos de bautizar a Camila. Esto en breve significa que a partir de ahora es católica, apostólica y romana, pero parece que el cambio es a largo plazo, pues hasta ahora no he notado la diferencia entre su estado anterior y el post-bautismal. Con Ramonín…no me acuerdo. Ah, si: cuando era “normal” estaba bien (hasta los 5 meses), luego el mismo día de su bautizo empezó a morderse los dedos de los pies, y hasta ahora estoy luchando por quitarle la costumbre.

Bueno, veamos: Puede ser que hoy Camila tenga hoy un diente adicional, pero la verdad es que desde hace una semana no le hurgo en las encías .....

En general, la ceremonia transcurrió sin novedad en el frente. Camila se portó como si con ella no fuera, no dejó de chuparse el dedo ni cuando el cura la roció con el agua bendita en la pila bautismal. Ramonín hizo lo que todo orgulloso padre espera de un niño de 4 años en una iglesia: retozó todo lo que le dio la real gana entre los bancos y pintó monerías a otros chiquillos que estaban por ahí, pero no hubo daños materiales de consideración, ni interrupciones en el oficio imputables a mi nene. Los demás, bien.

No pude fumar en toda la ceremonia, por motivos logísticos, así que esperé con la paciencia de una ostra hasta llegar a casa.

Para esta temporada, habían arribado huestes gauchas, gracias al amigo Walter Paterno, el cual en su Buenos Aires querido está enfrascado en hacerle pleno honor a su apellido en estos tiempos.

Llegamos al apartamento, nos quitamos los arreos de campaña, y cada cual a lo suyo: Ramonín a jugar y revolcar cosas en su cuarto, Camila en el piso de la sala sobre un fino edredón (ya está entrenándose en el gateo), Elaine a planchar alguna ropa en nuestro cuarto, y yo a supervisar a los nenes. Como está lloviendo, puedo irme al patio trasero y fumar allí con la ventana abierta (el viento está a mi favor, por lo que la lluvia no entra de ese lado). El viento sopla desde la parte de la sala, pero igual el balcón de la sala está completamente acristalado a la redonda, y aunque a veces el agua se cuela por entre los cristales, siempre hay una caída de nivel que permite que esta se vaya por otro lado. Camila está segura y seca.

Día 6. Bitácora del Capitán.

Tabaco: Argento Negro
Pipa: Claude Romain
Espectadores: Ninguno. Ya les importa un carajo.

Me gusta el olor de este tabaco. Es fuerte y a la vez algo dulce. La picadura está húmeda, por lo que parece que el envase garantiza el sellaje.

Cargo la pipa y enciendo, mientras disfruto el sonido del agua cayendo y el panorama desde mi ventana. En realidad, disfruto a medias el sonido de la lluvia, pues tengo que estar al tanto de Camila, aunque sea sónicamente. Por ejemplo, ahora Camila dice ininterrumpidamente mientras gatea; ñam, lam, ta, ta, ta, ta ñanm, ñam, y así.

Mientras haga esto, es normal y no hay que preocuparse, solo mantenerse a la escucha (como el tipo del submarino). Si para, o cambia el código, hay que dejar lo que se está haciendo e ir a mirar, pues entonces pasó a otra actividad, o está en problemas (y consiguientemente, yo también, por no estarla observando).

Volviendo a la ventana, la lluvia y el Argento: Esto de la lluvia me recuerda lo efímeras y volátiles que son las posibilidades y deseos materiales de una persona, y como el destino se encarga de regular meteorológicamente el capital de las personas (el que tiene, o el que pudieran tener). Les digo por qué:

Una vez, mi padre (Q.E.P.D.), trajo a casa un cerdo pequeño (de unas 40 libras), hace alrededor de unos 15 años. Ese día, lluvioso como hoy, soltamos al cerdito en su corral (en el patio trasero de mi casa natal), y nos sentamos mi hermano y yo a tomarnos una botella de ron con el viejo. Mi papá era un economista brillante y el tipo más especial de este mundo, y empezamos a beber y a conversar, mirando la lluvia y reflexionando sobre los próximos pasos a seguir con relación al nuevo integrante porcino de la familia. Mi viejo empezó más o menos así: “bueno, tenemos un cerdo de unas 40 libras. Me costó 400 pesos. Con 400 pesos más, compramos un saco de pienso, lo mezclamos con otro saco de maíz, etc, y esto nos dá para unos tres meses de comida. Luego, seguimos en ese orden hasta que logremos que el cerdo alcance unas 200 libras. Habremos invertido X cantidad de dinero, y podemos sacrificar el animal, vender la mitad de la carne, recuperamos la inversión, guardar la otra para nosotros, vender la manteca, que eso representa TANTO y MAS CUANTO dinero, con el que compramos otro cerdo y unos pollos. Los pollos se alimentan con TANTO y MAS CUANTO dinero, y así……” En fin, a la altura de la segunda botella de ron, y continuando en progresión geométrica las disquisiciones financieras-empresariales de papi, dejamos la conversación con un imperio de varios miles de millones de dólares, miles de hectáreas en haciendas, mi hermano estudiando en Oxford y yo Director General del Banco Mundial: y todo a partir de un cerdito de 40 libras, y algunos años de negocios a partir de esta base.

Resumen del final: escampó aquella tarde, mi abuela tenía una lata al aire libre con veneno para ratas, la lluvia mojó este veneno y lo dejó que parecía pienso animal (comida para puercos); mi mamá agarró la dichosa lata, le sirvió esto al cerdo, y el mismo (por tal de joder a mi papá) se murió ese día. No somos millonarios por un cabrón aguacero……

El Argento Negro quema muy bien, nada de picor en la lengua, y un sabor fuerte, que me agrada sobremanera. A los 30 minutos de plácida y agradable fumada, Ramonín cruza de su cuarto a la sala a buscar algo, pero no le presto mucha atención, pues Camila sigue “ñam, ñnam ta, ta, ta”.

Regresa el Ramon, y dice:
-Papá, Camila tá naando.
-Ah, qué bien, qué bien - le aliento yo para que siga, pues no entendí.
-Naando, naando mojao, papá- se explica más claramente el chico.

Coño, por las dudas me asomo a la sala, y el pequeñejo tenía razón ¡!!!!!! Camila estaba “nadando” literalmente, pues el agua había entrado y llegó hasta ella (en otra ocasión explico el por qué es posible que el agua de lluvia corra desde el balcón a mi sala, pero lo supe solo a partir de este momento), pero la susodicha ni se dio por enterada, y seguía en su letanía (eso sí, braceaba un poco), aunque con la cabecita bastante empinada.

Ahogué un grito de terror (no por Camila, sino para que Elaine no se enterara), solté la pipa en manos de Ramonín (no me dio tiempo a dejarla en otro lado) y saqué del agua a mi zarigüeya recién bautizada. Como en el cuarto de Ramonín se guarda la ropa de Camila, no hubo problemas de arreglar la situación, y la jefa seguía planchando en la otra habitación, ajena al desastre.

Recupero los ánimos, solo para volver a perderlos segundos después: Ramonín sopló por la boquilla de la Romain como si fuera Louis Armstrong, así que luego de aplicarle sólo un par de nalgadas (no podía esmerarme, pues tenía a Camila cargada y babeándome el cuello), le arrebaté la trompeta (perdón, la pipa, o a los efectos de Ramonín: trom-pipa o pi-peta) al mocoso y a ponernos todos en cuatro patas a recoger cenizas y picadura de la alfombra.

Terminamos, ya si esperanzas de cargar otra vez. Ramón, a lo suyo, Camila al cochecito, Elaine, planchando (este episodio no me llevó más de 50 minutos), y yo, ahora a buscar el balde y los utensilios de limpieza, que voy a recoger agua de la sala.

lunes, 23 de julio de 2007

Temporada de cata. Día 5


DIA DE CATA 5. MEJORANDO LAS COMUNICACIONES ENTRE LAS TROPAS Y REPARTO DE LOS TERRITORIOS OCUPADOS. Logopedia doméstica y lucha por el espacio vital.

Estoy solo en casa. Bueno, esta es una afirmación pretenciosamente optimista: en realidad, Elaine ha salido a ver a la vecina de enfrente para arreglarse el pelo y hacerse “manicuri”, así que no estoy completamente “solo” (Ramonín y Camila están bajo mi mando), ni por mucho tiempo (a lo sumo un par de horas). Así, pues, luego de dejar las cosas listas para la cena, mi esposa sale dejándome la complicada y delicada tarea de velar por la integridad física de los bienes materiales y los recursos humanos que nos son comunes (casa y críos).

Ok, tengo un par de horas para fumar. Chequeo que las tropas se mantengan acantonadas debidamente: Ramonín viendo la tele en su cuarto, y Camila ronroneando semi-dormida en la cuna.

Aprovecho y me voy a la sala, abro de par en par todas las ventanas, y me respatingo en mi butaca favorita a preparar la pipa. Bueno, eso de “butaca favorita” es otro término optimista: solo hay una butaca, y nos la rifamos sangrientamente a la hora de ver TV. Es decir, que casualmente, es la butaca favorita de todos en la casa (a excepción de Camila, que me tiene a mí o a su madre como “butacas favoritas”). Normalmente, pierdo mi sitio inexorablemente por varios motivos:

- Ramonín quiere ver los Power Rangers en la sala (TV “más grande”), y el cabroncete solo tiene 4 años, así que hay que dejarlo, pobrecito (según la madre) que use la butaca. No importa que tenga un TV en “su” cuarto.

- Elaine es la que más trabaja en casa (según su versión), y se merece al menos una vez en el día (según su versión), sentarse a ver al novela confortablemente (se jodió la butaca).

- Camila no quiere estar en la cuna o en el cochecito, o en el suelo, por lo que hay que cargarla, y en este caso SU “butaca favorita” (Elaine), se hace cargo, y se sienta con la nena en brazos en “MI butaca favorita”.

- Ramonín, Elaine y Camila trabajan coordinadamente, y se sientan los tres al mismo tiempo en la cabrona butaca, a ver cualquier cosa en la TV.

Una vez pensé en marcar mi territorio sobre la butaca al estilo canino, pero luego razoné que si todos los interesados hicieran lo mismo, tendríamos que fumigar y evacuar la casa, así que opté por dejar las cosas como estaban. Total, también hay un sofá en la sala que me sirve para “dormir la TV”. No voy a decir en casa que será mi sofá favorito, pues capaz que además se antojen del dichoso mueble.

Ahora, en lo que estaba: prendo el ventilador de pie en velocidad de despegue, para que el humo no esté dentro de casa por mucho tiempo: tengo vedada la fuma en interiores, pero a fin de cuentas, hoy (y solo por ahora) soy “el jefe”.

Abro (no sin cierta dificultad) la caja metálica de 1792 FLAKE (de Samuel Gawith), y con cierto resquemor me dedico a manipular los flakes. Cuando por primera vez abrí la cajita, por pura curiosidad, tuve que escribirle al Rene para que me aclarara la cuestión, pues este tabaco se veía negro y húmedo, con apariencia gomosa, y con algo blanco parecido a hongos (y lo más similar en olor a un queso rochefort), por lo que pensé que se había echado a perder o algo parecido.

Bueno, pues no, que el Rene contesta que es así. OK, entonces vamos a fumarlo, hoy.
En medio del proceso de doblado de los flakes (ya los había puesto a secar un rato), se aparece Ramonín arrastrando decididamente su tibor (bacinilla) hasta mi posición, con cara de angustia, y manitas en el estómago:

- Papá, “te” duele la barriga.

Mi hijo tiene la extraña costumbre idiomática de hablar en segunda persona para algunas cosas. Para otras, habla en tercera persona, o en cuarta.... Me lleno de paciencia, pues al parecer, hoy tendré que hacer una vez más de logopeda.

- No, no, no: “me” duele la barriga, Ramon- le contesto, en tono académico.

- Ah, “Te” duele la barriga, papá?- se interesa él, solidario.

Mierda, la lógica infantil es infalible. Como el pequeño está con dolores, bueno, lo dejamos para más tarde. Lo jodido es que quiere hacer caca en medio de la sala, en su bacinita, y esto trae una serie de complicaciones ético-higiénico-logísticas que son traumáticas de resolver (sobre todo si aparecen visitas de pronto sin avisar), pero por otro lado, el complejo de culpa me vence (el encargado de la cocina en el almuerzo fui yo), así que lo dejo hacer.

Mientras Ramonín puja, yo (a una distancia prudente y con el ventilador a mi favor), continúo preparando los flakes, hasta que en unos 15 minutos (costó Dios y ayuda meter el paquete dentro de la pipa - me refiero a los flakes, lo de Ramonín iba dentro de la bacinita, eh) estaba listo para echar humo.

Día 5. Bitácora del Capitán.

Tabaco: 1792 SG Flake
Pipa: criolla, de madera
Espectadores: Ramonín, con cara arrugada.

Demoro unos 5 minutos más en encender el flake, es difícil de lograr que no se me apague, pero al final logro que encienda bien, y comienzo la fumada. El sabor es muy, pero que muy a mi gusto. Agradable, fuerte y neutro. Tira cómodamente.

A los 10 minutos, Ramón clama por papel higiénico. Dejo la pipa a un lado, y efectúo los procedimientos de rigor para estos casos. Ramonín regresa a su cuarto, y yo paso por el mío a verificar el status de Camila. A estas alturas, Camila está despierta, dedicada a roer concienzudamente los barrotes de madera de la cuna. Afortunadamente, la nena solo tiene 2 dientes en la mandíbula inferior, por lo que el daño a la cuna es mínimo, si bien se las ha arreglado a quitarle al menos el barniz. La acomodo de tal forma que ataque con las encías a otro barrote más tierno (son de madera de pino), y vuelvo a mi cata.

La pipa se había apagado, pero igual la enciendo otra vez, y a disfrutar del flake, que de veras está especial.

A los 10 minutos, Ramonín pasa por mi lado, y me susurra, con los ojos como platos:

- Puppo frío en la cochina.

Nada más. Regresa muy rampante a su cuarto. Mi hijo habla en clave, y estoy acostumbrado, pero esta vez confieso que no entendí el mensaje. En vez de probar cientos de miles de posibles variantes de decodificación, me voy a la “cochina” (cocina) a ver. Bien, el nene tenía razón: Elaine había dejado calamares descongelando para la cena.

Busco a mi biólogo marino en ciernes, y le alecciono (pipa en boca):

- A ver, Ramonín, mira, que no es pulpo, es calamar.
- Camaar
- No, no, mira, Ca-la-mar
- Camaar
- A ver, a ver, repite: Ca
- Ca
- La
- La
- Mar
- Mar
- Eso es ¡!!: calamar
- Camaar
- No, coño, CALAMAR; CALAMAAAARRRR
- Muy bien, papá, eso es ¡!!!

Esto no es primera vez que pasa. En realidad, me ha pasado miles de veces. Por ejemplo, al BUFALO, le decía “FENOTE”, y al HELICOPTERO, “COTORORO”. Siempre pronuncia bien cada una de las sílabas por separado, pero a la hora de armar la palabra completa, se joden los cálculos.

Cuando era más pequeño, no hablaba nada que pareciera español, pero para mí era más cómodo, pues era todo un lenguaje nuevo o diferente (en realidad tenía similitud con el khmer, pero solo un poco), y cuando me lo aprendí (era el “ramonés”), todo iba sobre ruedas, y la comunicación entre nosotros era fluida, efectiva e inequívoca.
Luego, a la altura de los 3 años, empezó a pronunciar “mejor”, y las palabras cada vez se tornaban más ortodoxas, lo que ahora es más difícil, porque suenan “parecido” a otras reales en español, y me confunde muchas veces….Es como la sensación al oír el catalán: una persona que parece que te habla en “español”, pero que tú no lo entiendes….

La pipa se apaga, y el sudor me corre por la cara, hasta que el Ramon suelta “CALAMAR” como Poseidón manda. No sé cómo será con Camila, que solo dice “tata”, y eso demuestra una imparcialidad olímpica de su parte, pues esta vez, no ha dicho ni PAPA ni MAMA, solo TATA (y ese sería el hermano). Elaine y yo hacemos tablas con esto, pero de todas formas, estoy ganando, pues Ramonín dijo en su momento PAPA primero.

Prendo la pipa por enésima vez, termino la fumada con mejor ánimo, y me doy cuenta que no disfruté para nada de mi butaca favorita……

Eso sí, no me ha picado la lengua, ni deseos de tomar agua. Muy rico el 1792 ¡!!!!
Ahora, a airear la sala, y esperar a Elaine.

miércoles, 11 de julio de 2007

Temporada de cata. Dia 4


DIA DE CATA 4.LLEGAN REFUERZOS. Vámonos con Pancho Villa !!!

Hoy se reanuda mi lucha contra el tabaco. No es eso lo que estoy haciendo? En cuanto me cae uno en las manos, lo consumo hasta el final, hasta reducirlo a cenizas. Quién me dice que no trabajo duro en su eliminación?

En esta oportunidad, reabro la temporada de cata con tropas frescas que arribaron de México (gracias Rene, al Pipa Club de Torreón, y a la Casa del Fumador del DF, por sus muestras adicionales).

Esto del tabaco de pipa recién llegado de tierras aztecas, me hace sentir muy confortado, en especial porque me siento como un verdadero AZTECA. Bueno, al menos eso es lo que mi esposa me hace ver (y sentir), con aquello diario de: “AZTECArgo de llevar a Ramonín hoy al Circulo Infantil (kindergarten)”, “AZTECargo de pagar la factura de la eletricidad”, “AZTECArgo de cocinar mientras yo alimento a Camila….” etc. Pues bien, totalmente identificado con mis nuevas muestras, hoy arranco con la primera:

Estoy esta tarde en casa esperando al plomero. Me ha dicho que demorará una hora en llegar, así que es buen momento para degustar la primera muestra. En realidad, estoy esperando este hombre(un amigo y vecino “amateur” en el arte de la plomería/fontanería, pero muy entusiasta en este trabajo) para que me dé apoyo moral. Bien. Resulta que mi inodoro me odia. Es un odio visceral, y me lo demuestra explícita y descaradamente cada vez que tengo que servirme de él para “dar lo mejor de mí”, y luego descargar. Qué sucede: en mi cuarto de baño existe un diseño hidráulico digno de un premio Nóbel de Física, en el cual, la presión de agua y la altura del tanque del inodoro + desagüe hacen que exista en un equilibrio probabilístico gaussiano tal que; estocásticamente, lo que yo deposito (por decirlo de alguna manera técnica) sea evacuado (o no) sujeto a una probabilidad que en general me es adversa. Lo jodido es que solo pasa CONMIGO, y no, por ejemplo, con Elaine y/o Ramonín (que ya sabe servirse del vater como las leyes de la decencia humana dictan). Para ellos, siempre que halan la palanca, funciona como “que el viento se llevó”, y no hay complicaciones adicionales. Felices que son !!!!

Para mí es diferente. Puede que haya una probabilidad de que descargue (siempre al primer intento), y todo fluya, pero esa es mínima, y generalmente necesito varias repeticiones, y ayudado por un reservorio extra de agua, que ayude en la presión de fluidos. Esto lleva consigo un grado de sincronismo que es bastante estresante. A Ramonín le encanta, pues se emociona superlativamente cuando ve a su padre regando agua por toda la casa o maldiciendo frente al baño y sudando frío (a todas estas, el inodoro siempre se mantiene imperturbable).

Últimamente, me resigno a bajar la tapa del inodoro una vez terminada mi actividad, y descargo sin mirar lo que sucede, con la esperanza que me da la Física Cuántica (lean sobre el “Gato de Schrodinger”, y verán por qué lo hago) en la cual, hay una probabilidad de que sin mirar, mi depósito esté en un estado cuántico nebuloso, y haya dos posibilidades al abrir: que esté, o que no. Esto es básicamente la “Teoría de Múltiples Universos”, donde, cuando uno hace algo que tiene más de una posibilidad de ocurrir de manera diferente, automáticamente el universo de divide en otros tantos universos, como probabilidades de ocurrencia hayan (en un universo, lo “mío” se ha ido por el caño, y paralelamente, en otro universo, este “paquete” ha quedado nadando en la poceta). Pero lo jodido es que SIEMPRE ME TOCA CAER EN EL UNIVERSO EN EL QUE MI CREACION SE QUEDA FLOTANDO.

En fin, Camila y Elaine se han ido a la casa de enfrente, a sabiendas de que probablemente haya mojazón de piso en casa, y solo cuento con la presencia de Ramonín para esta cata de hoy (en lo que llega el plomero).

DIA 4: Bitácora del Capitán.

Material de plomería: Samuel Gawith & Co. “Café y Caramelo” (Kendal)
Herramienta: Claude Romain
Hora: 18:00 local
Aprendiz de plomero: Ramonín (representa el 33.333333 porciento de mi público habitual, pero hace quórum)
Edad del publico: 4 años


Lo mismo: abrimos el paquete, y tiene un olor especial. Se le siente el Latakia por algún lugar, además de que se ven perfectamente las hebras.

La fumada comienza bien, tranquila, quema espectacularmente bien, no me deja sabor “picante” en la lengua, aunque confieso que me sabe a LATAKIA, y no logro distinguir el sabor de Café ni del Caramelo (aunque si se “huele” en el paquete).

Los primeros 20 minutos transcurren apaciblemente. Yo en el balcón, y Ramonín haciendo castillos con un MECANO. Camila y Elaine todavía haciendo visitas. A través de estos meses de fuma en pipa, ya el interés inicial de mis cofrades hogareños ha caído en picada, pues se ha convertido en un habito común, y nadie me presta mucha atención en las fumadas.

A los 35 minutos, tengo que actuar de “dragón escupefuego” a solicitud de mi primogénito, así me obliga a hacer aspiraciones extra a la pipa para soltar grandes bocanadas delante de Ramonín, mientras doy alaridos y lo persigo por toda la casa con la pipa en la boca echando humo como una locomotora, algo que realmente a mi hijo le encanta, pero a mí me deja extenuado y con mareos por el esfuerzo.

Con un vaso de agua recupero los ánimos (y el aire), y termino la fumada sin más problemas, con un gusto agradable, y fresco. Muy buena muestra, a mi gusto….Ah, perdón, están tocando a la puerta……debe ser el plomero...

martes, 26 de junio de 2007

Temporada de cata. Día 3

DIA DE CATA 3. CONTINUAN LAS HOSTILIDADES. CONFLICTOS INTERNOS: ALTO MANDO HECHO PRISIONERO. ESCARAMUZA NAVAL.

Ayer fue día de limpieza general en casa (agua por todas partes, detergente, baldes para “trapear”, muebles patas arriba y alfombras encima de las camas, etc). Normalmente, coopero de buen agrado en estas actividades de higiene hogareña, pero esta vez, fui reprendido y castigado a ser observador pasivo, relegado al único lugar seco en el apartamento: el balcón-patio trasero. Resulta que fui sorprendido in-fraganti por mi esposa en el acto de utilizar (a escondidas) su laca de uñas para reparar una boquilla de madera de una de mis pipas criollas. Esto no iría más lejos si no fuera por la agravante de que ella venía en ese preciso momento a reclamarme por usar (también clandestinamente) el aceite de bebés de Camila para abrillantar las pipas, de lo cual, encontró evidencias sobradas para incriminarme.

Al ser transferido a Alcatraz (la similitud era inmensa, pues estaba en una especie de peñón seco, rodeado por un mar de agua, donde la profundidad alcanzaba los 2 mm en las zonas más bajas) y limitado espacialmente (por la máquina lavadora, montañas de pañales usados, ropa por lavar, etc), me encuentro con la poca agradable sorpresa de que Ramonín también estaba guardando prisión en el mismo lugar (normalmente pasa los episodios de limpieza hogareña cómodamente encima de su cama, viendo la tele) que yo, pero por un delito diferente. Ramonín está habituado a estas condenas y a esta penitenciaría, pues su prontuario criminal hogareño es bastante amplio (debo decir con toda honestidad y orgullo que mi hijo nunca ha sido reincidente, él siempre logra rebajas en sus sanciones porque comete siempre un delito nuevo y diferente). Esta vez, logró (es un genio) una reproducción casi exacta a crayola de las pinturas rupestres de Atapuerca, pero en la pared de la sala. Antes, yo estimulaba las explosiones creadoras de Ramonín, pero luego, la práctica de tener yo que re-pintar las paredes, hizo que mi entusiasmo por este arte decayera bastante.

En fin, henos aquí, con la maldita circunstancia del agua por todas partes (parafraseando la obra teatral), con mi pipa cubana (no tuve tiempo de recoger mis enseres profesionales de cata), nada de tabaco, ni fósforos. Estos elementos se encontraban a una distancia de 5 yardas náuticas de la costa (nuestra posición de cautiverio), pero el tramo naval estaba custodiado por un buque guardacostas (un destroyer bautizado como “Elaine”, botado al mar hace 30 años, con alto poder de fuego, sensores de movimiento en la superficie y portador de ojivas nucleares), que se desplazaba periódicamente frente a nosotros (limpiando) a unos 2 nudos, hacia delante y hacia atrás (Esto –Oeste y viceversa).

Por otra parte, el ala izquierda de mi ejército (Camila) estaba a más de 10 yardas náuticas de nuestra posición, incomunicada y en tierra firme, en un lugar seco y cálido (la cuna). Nada que hacer.

Cuanto todo parecía perdido, Camila llama por algo (solo las madres saben a ciencia cierta qué quiere una criatura de 4 meses que chilla desaforadamente: gu-gu-gu gua—blu-blu-guaaaa), el destroyer cambia su curso hacia el Sur-Suroeste, y aprovecho a sobornar a Ramonín con el último caramelo de menta que tenía en los bolsillos, a fin de que recuperara para mí los útiles de cata, en una operación anfibia comando-kamikaze.

Ramonín se lanza a la aventura subacuática debidamente equipado (solo andaba en calzoncillos) con el caramelo en la boca, y con el valor infundido por la promesa de que a su regreso victorioso yo le recompensaría con unas galletitas dulces adicionales. Logra atrapar la bolsa de tabaco (W.O . Larsen), y los fósforos. En eso, regresa el guardacostas, y Ramonín es alcanzado por una ráfaga. A sangre y fuego, logra alcanzar la costa de nuevo, dejando atrás en la estampida la Claude Romain.

A continuación, (y para garantizar a cubierto el desembarco de mi pequeño mercenario de regreso) hubo un intercambio de disparos con el guardacostas desde nuestra posición, pero al fin nos dejaron en paz. Ramonín se retira al lado de la máquina lavadora a lamerse las heridas y reclamarme descaradamente por el resto de su recompensa.


Día 3. Bitácora del Capitán

Rancho de la prisión: W.O. Larsen
Escudilla del preso: Pipa criolla, cubana
Hora: 19:00 hora local
Compañero de celda: Ramonín
Edad de la población penal: 4 años


Comenzamos abriendo el paquete, con los mismos resultados que los anteriores. Agradable y penetrante olor a ciruelas, muy dulce, que hace recordar a mi agente 007 la promesa de las galletitas. Como no puedo satisfacerlo de inmediato, y aumentan sus reclamos, accedo (mediante dura negociación) a regalarle el paquetito de Larsen vacío, el cual acto seguido es convertido por mi hijo en una complicada y surrealista armadura para su Power Ranger de juguete.

La fumada es agradable, suave y aromática. Me pasa lo mismo que en las catas anteriores, y los mismos síntomas. Ahora, el agua la tomo del grifo. Sigo fumando en silencio, pues mi compañero de prisión y yo nos dedicamos a ensimismarnos, pensando cada cual en su condena, y rumiando nuestros pecados cometidos.

A los 40 minutos de fumada, la casa está seca y limpia. Se declara una amnistía, y todo progresivamente vuelve a la normalidad.

Resultados:

Tabaco Light, muy agradable y aromático, pero no me gusta mucho.

SCORE: LATAKIA 1: W.0. Larsen: 0


El Latakia ha salido invicto ¡¡¡¡¡


Bueno, a partir de este momento, he “quemado mis naves”, las tropas regulares fueron diezmadas, así que paso a la lucha de guerrillas original, jajajajajajaj

lunes, 25 de junio de 2007

Temporada de cata. Día 2


DIA DE CATA 2. CONTINUAN LAS HOSTILIDADES. GRAN CANTIDAD DE BAJAS.

Queridos amigos

Hoy les sigo reportando sobre mi “coto de cata”. Esta vez, me tocó probar el tabaco en los bajos de mi edificio, acabado de llegar del trabajo, pues era mi día de “pastoreo infantil supervisado”, es decir, bajar a Ramonín (vivimos en un apartamento en Alamar, Ciudad de La Habana, en un 5to piso) a que juegue con sus amiguitos del edificio se revuelque y retoce en el fango y demás…..

Día 2. Bitácora del Capitán

Lugar del sacrificio: Espacio abierto, frente al edificio.
Hora: 18:30 hora local
Arma utilizada: Pipa Claude Romain (qué belleza)
Víctima propiciatoria: Borkum Riff (3 gms)
Feligreses asistentes: Ramonín y 4 compinches más, compañeros de juegos.
Edad promedio de los acólitos: 4 años

Comienzo abriendo el paquete ante una multitud enardecida y murmulleante por la curiosidad, y muy poco disciplinada para mi gusto. Juguetes, carriolas, velocípedos y palas/baldes para jugar y joder con fango quedan abandonadas momentáneamente a unos pocos metros del lugar escogido por mí para el ritual.

El tabaco huele espectacularmente bien, algo como a uvas pasas sale del paquetito. Breve revuelo entre los espectadores. Frases inconexas y algún que otro empujón para ver y oler mejor. Me cuesta Dios y ayuda convencer teóricamente a los sabichosos que esto es tabaco, y no dulce para comer. La teoría no funciona, hasta que uno de ellos, el más grande, unos 5 años, prueba a masticar una hebra. Resuelto el problema.

La pipa prende bien, a las mil maravillas, se siente un poco más fuertecito que el Mac Baren, pero igual de Light y aromático. En medio de la fuma, y bajo protesta, tengo que subir a mi hijo a buscar un pequeño camión de juguete, así que agarro la pipa entre los dientes y subo. Al bajar, se han acumulado algunos jugos extra en la pipa, pero extrañamente, tienen un sabor dulzón, y agradable.

A los 30 minutos de fumada, y luego de separar un par de veces a los más revoltosos (a estas alturas ya ninguna de mis ovejas – heredero incluído-me prestaba mucha atención, y se enfocaron a untarse de fango concienzudamente y gritar como unos posesos los unos a los otros) del grupo de asistentes, empezaron los mareos de rigor (SIEMPRE ME PASA CON TABACO RUBIO) aunque más ligeros que con el Mac Baren.

Tomé agua, y lo mismo, me picaba la lengua fenomenalmente.

A los 45 minutos de fumada, se levanta el campamento por órdenes expresas del mando Superior (mi esposa ya tenía el baño preparado para Ramonín). Hacemos un conteo de las bajas, recuperamos los medios de guerra enterrados en la tierra, y envío a cada uno de los supervivientes a sus cuarteles respectivos.

Termino la fumada en las escaleras, lidiando a brazo partido con un Ramonín histérico que se retuerce y da batalla a más no poder para evitar el abandono obligatorio del teatro de operaciones militares. Nada como el sentido de este chiquillo sobre lo que considera el sagrado cumplimiento del deber.

En fin, llego a casa un poco cabreado, molido, mareado y salivando más que el perro de Pavlov.


Resultados. B-Rifff, un poco mejor que el Mac Baren, pero suave igual.

SCORE: LAtakia 1, B.Riff: 0

Seguiremos informando, hoy me toca otro.

sábado, 23 de junio de 2007

Temporada de cata. Dia 1

Temporada de cata. DIARIO DE CAMPAÑA . COMIENZAN LAS HOSTILIDADES

Queridos amigos

A partir de hoy (y hasta que se me acaben las muestras), les iré enviando el producto de mis primeras "catas". Les recuerdo que ayer en la oficina (no mepude contener) empecé con el Latakia. Bueno, pues ahí les va:

Llegué por la noche a la casa, con mis nuevas pipas y tabaco al hombro, fue tanto el alboroto que armé en casa, (al mostrar las 2 bellezas) que mi esposa accedió a dejarme fumar solo para la cata en mi butaca favorita de la sala, frente a la tele (GRACIAS IVAAAAANNNNN y el Pipa Club de Asturias), jajaja.

Para la ocasión, tuve que esperar impacientemente a que todo estuviera en calma en la casa, y luego de dar una pequeña conferencia teórico práctica a mis familiares, todo empezó de la siguiente manera:

Día 1. Bitácora del Capitán

Tabaco escogido: Mac Baren Uncle Lewis Whisky (3 gms)
Pipa: AMPHORA 302
Hora: 21.30 hora local
Público asistente al acto: 3 personas (esposa y dos nenes)
Edad del público: 30 años (Elaine), 3 años (Ramonín) 4 meses (Camila)
Bebida acompañante: whisky sobrante de los despojos de guerra del Día de los Padres

Se abre la sesión, con toda la tribu mirando expectante como preparo la pipa (en realidad, solo Elaine y Ramonín cuentan, porque Camila tiene solo 4 meses de edad, así que su mirada siempre es "expectante"). Silencio sepulcral....... Bien, el aroma del tabaco (aún sin encender) es magnífico, muy agradable al prójimo (entiéndase "prójimo" por persona no fumadora tolerante eg. mi mujer).

Comienzo la carga de la pipa muy solemnemente, aunque se forma un pequeño forcejeo inicial con Ramonín por lanzarse a tomar el paquetito de tabacovacío para inflarlo como un globo. Es reducido a la obediencia por la intervención fulminante de su progenitora, y el experimento continua sin mayores sobresaltos. A estas alturas del juego, ya había prendido la pipa exitosamente.

El humo es agradable en las 2 primeras pitadas. El sabor es dulzón, y casi "no sabe a nada". Lamentablemente, es tabaco rubio, es decir, "suave", me sabe a (perdonando la comparación)Marlboro , y eso para un ex-fumador decigarrillos fuertes (tabaco negro) como yo, es mortal. No obstante, el prójimo (mi esposa) prueba una pitada, y emite un criterio positivo al respecto. Este hecho insólito refuerza mi pensamiento de que no me va a gustar este tabaco.

Gradualmente, el entusiasmo del público comienza a decaer, Camila es llevada en brazos a la cuna, y Ramonín cabecea en la butaca de enfrente, pidiendo ver una vez más a los Power Rangers en video. Yo sigo echando humo, pero ya a estas alturas del partido el tabaco me empieza a picar en la lengua, y a sentir ligeros mareos.

Tomo agua y me aumenta el picor en la lengua (no vale conmigo eso de aprender a fumar, pues hago lo mismo con tabaco fuerte y no me pasa esto). En realidad, obtengo una ligera borrachera, tal y como me pasaba cuando probaba cigarrillos "Light", luego de 50 minutos de fumada sin escalas.

Final, que tuve que seguir el principio homeopático de "lo que lo produce, lo cura", y cargar otra pipa con mi tabaco fuerte normal, para quitarme el malestar. Eso fue en un intervalo de 90 minutos.

Resultados:No me gusta el tabaco rubio, aromatizado o no.

SCORE:Latakia: 1, Mac Baren: 0