Aquí no se habla del Mío Cid, sino de "los Cid míos".

Aquí no se habla del Mío Cid, sino de "los Cid míos".
Los protagonistas de estas historias: Ramonín, Elaine y Camila (mi familia). IMPORTANTE: Ninguno fuma, y nunca lo hago cerca de ellos.

lunes, 23 de julio de 2007

Temporada de cata. Día 5


DIA DE CATA 5. MEJORANDO LAS COMUNICACIONES ENTRE LAS TROPAS Y REPARTO DE LOS TERRITORIOS OCUPADOS. Logopedia doméstica y lucha por el espacio vital.

Estoy solo en casa. Bueno, esta es una afirmación pretenciosamente optimista: en realidad, Elaine ha salido a ver a la vecina de enfrente para arreglarse el pelo y hacerse “manicuri”, así que no estoy completamente “solo” (Ramonín y Camila están bajo mi mando), ni por mucho tiempo (a lo sumo un par de horas). Así, pues, luego de dejar las cosas listas para la cena, mi esposa sale dejándome la complicada y delicada tarea de velar por la integridad física de los bienes materiales y los recursos humanos que nos son comunes (casa y críos).

Ok, tengo un par de horas para fumar. Chequeo que las tropas se mantengan acantonadas debidamente: Ramonín viendo la tele en su cuarto, y Camila ronroneando semi-dormida en la cuna.

Aprovecho y me voy a la sala, abro de par en par todas las ventanas, y me respatingo en mi butaca favorita a preparar la pipa. Bueno, eso de “butaca favorita” es otro término optimista: solo hay una butaca, y nos la rifamos sangrientamente a la hora de ver TV. Es decir, que casualmente, es la butaca favorita de todos en la casa (a excepción de Camila, que me tiene a mí o a su madre como “butacas favoritas”). Normalmente, pierdo mi sitio inexorablemente por varios motivos:

- Ramonín quiere ver los Power Rangers en la sala (TV “más grande”), y el cabroncete solo tiene 4 años, así que hay que dejarlo, pobrecito (según la madre) que use la butaca. No importa que tenga un TV en “su” cuarto.

- Elaine es la que más trabaja en casa (según su versión), y se merece al menos una vez en el día (según su versión), sentarse a ver al novela confortablemente (se jodió la butaca).

- Camila no quiere estar en la cuna o en el cochecito, o en el suelo, por lo que hay que cargarla, y en este caso SU “butaca favorita” (Elaine), se hace cargo, y se sienta con la nena en brazos en “MI butaca favorita”.

- Ramonín, Elaine y Camila trabajan coordinadamente, y se sientan los tres al mismo tiempo en la cabrona butaca, a ver cualquier cosa en la TV.

Una vez pensé en marcar mi territorio sobre la butaca al estilo canino, pero luego razoné que si todos los interesados hicieran lo mismo, tendríamos que fumigar y evacuar la casa, así que opté por dejar las cosas como estaban. Total, también hay un sofá en la sala que me sirve para “dormir la TV”. No voy a decir en casa que será mi sofá favorito, pues capaz que además se antojen del dichoso mueble.

Ahora, en lo que estaba: prendo el ventilador de pie en velocidad de despegue, para que el humo no esté dentro de casa por mucho tiempo: tengo vedada la fuma en interiores, pero a fin de cuentas, hoy (y solo por ahora) soy “el jefe”.

Abro (no sin cierta dificultad) la caja metálica de 1792 FLAKE (de Samuel Gawith), y con cierto resquemor me dedico a manipular los flakes. Cuando por primera vez abrí la cajita, por pura curiosidad, tuve que escribirle al Rene para que me aclarara la cuestión, pues este tabaco se veía negro y húmedo, con apariencia gomosa, y con algo blanco parecido a hongos (y lo más similar en olor a un queso rochefort), por lo que pensé que se había echado a perder o algo parecido.

Bueno, pues no, que el Rene contesta que es así. OK, entonces vamos a fumarlo, hoy.
En medio del proceso de doblado de los flakes (ya los había puesto a secar un rato), se aparece Ramonín arrastrando decididamente su tibor (bacinilla) hasta mi posición, con cara de angustia, y manitas en el estómago:

- Papá, “te” duele la barriga.

Mi hijo tiene la extraña costumbre idiomática de hablar en segunda persona para algunas cosas. Para otras, habla en tercera persona, o en cuarta.... Me lleno de paciencia, pues al parecer, hoy tendré que hacer una vez más de logopeda.

- No, no, no: “me” duele la barriga, Ramon- le contesto, en tono académico.

- Ah, “Te” duele la barriga, papá?- se interesa él, solidario.

Mierda, la lógica infantil es infalible. Como el pequeño está con dolores, bueno, lo dejamos para más tarde. Lo jodido es que quiere hacer caca en medio de la sala, en su bacinita, y esto trae una serie de complicaciones ético-higiénico-logísticas que son traumáticas de resolver (sobre todo si aparecen visitas de pronto sin avisar), pero por otro lado, el complejo de culpa me vence (el encargado de la cocina en el almuerzo fui yo), así que lo dejo hacer.

Mientras Ramonín puja, yo (a una distancia prudente y con el ventilador a mi favor), continúo preparando los flakes, hasta que en unos 15 minutos (costó Dios y ayuda meter el paquete dentro de la pipa - me refiero a los flakes, lo de Ramonín iba dentro de la bacinita, eh) estaba listo para echar humo.

Día 5. Bitácora del Capitán.

Tabaco: 1792 SG Flake
Pipa: criolla, de madera
Espectadores: Ramonín, con cara arrugada.

Demoro unos 5 minutos más en encender el flake, es difícil de lograr que no se me apague, pero al final logro que encienda bien, y comienzo la fumada. El sabor es muy, pero que muy a mi gusto. Agradable, fuerte y neutro. Tira cómodamente.

A los 10 minutos, Ramón clama por papel higiénico. Dejo la pipa a un lado, y efectúo los procedimientos de rigor para estos casos. Ramonín regresa a su cuarto, y yo paso por el mío a verificar el status de Camila. A estas alturas, Camila está despierta, dedicada a roer concienzudamente los barrotes de madera de la cuna. Afortunadamente, la nena solo tiene 2 dientes en la mandíbula inferior, por lo que el daño a la cuna es mínimo, si bien se las ha arreglado a quitarle al menos el barniz. La acomodo de tal forma que ataque con las encías a otro barrote más tierno (son de madera de pino), y vuelvo a mi cata.

La pipa se había apagado, pero igual la enciendo otra vez, y a disfrutar del flake, que de veras está especial.

A los 10 minutos, Ramonín pasa por mi lado, y me susurra, con los ojos como platos:

- Puppo frío en la cochina.

Nada más. Regresa muy rampante a su cuarto. Mi hijo habla en clave, y estoy acostumbrado, pero esta vez confieso que no entendí el mensaje. En vez de probar cientos de miles de posibles variantes de decodificación, me voy a la “cochina” (cocina) a ver. Bien, el nene tenía razón: Elaine había dejado calamares descongelando para la cena.

Busco a mi biólogo marino en ciernes, y le alecciono (pipa en boca):

- A ver, Ramonín, mira, que no es pulpo, es calamar.
- Camaar
- No, no, mira, Ca-la-mar
- Camaar
- A ver, a ver, repite: Ca
- Ca
- La
- La
- Mar
- Mar
- Eso es ¡!!: calamar
- Camaar
- No, coño, CALAMAR; CALAMAAAARRRR
- Muy bien, papá, eso es ¡!!!

Esto no es primera vez que pasa. En realidad, me ha pasado miles de veces. Por ejemplo, al BUFALO, le decía “FENOTE”, y al HELICOPTERO, “COTORORO”. Siempre pronuncia bien cada una de las sílabas por separado, pero a la hora de armar la palabra completa, se joden los cálculos.

Cuando era más pequeño, no hablaba nada que pareciera español, pero para mí era más cómodo, pues era todo un lenguaje nuevo o diferente (en realidad tenía similitud con el khmer, pero solo un poco), y cuando me lo aprendí (era el “ramonés”), todo iba sobre ruedas, y la comunicación entre nosotros era fluida, efectiva e inequívoca.
Luego, a la altura de los 3 años, empezó a pronunciar “mejor”, y las palabras cada vez se tornaban más ortodoxas, lo que ahora es más difícil, porque suenan “parecido” a otras reales en español, y me confunde muchas veces….Es como la sensación al oír el catalán: una persona que parece que te habla en “español”, pero que tú no lo entiendes….

La pipa se apaga, y el sudor me corre por la cara, hasta que el Ramon suelta “CALAMAR” como Poseidón manda. No sé cómo será con Camila, que solo dice “tata”, y eso demuestra una imparcialidad olímpica de su parte, pues esta vez, no ha dicho ni PAPA ni MAMA, solo TATA (y ese sería el hermano). Elaine y yo hacemos tablas con esto, pero de todas formas, estoy ganando, pues Ramonín dijo en su momento PAPA primero.

Prendo la pipa por enésima vez, termino la fumada con mejor ánimo, y me doy cuenta que no disfruté para nada de mi butaca favorita……

Eso sí, no me ha picado la lengua, ni deseos de tomar agua. Muy rico el 1792 ¡!!!!
Ahora, a airear la sala, y esperar a Elaine.

2 comentarios:

el hereje dijo...

hola huck!
te felicito por tu blog!
la verdad que esta muy buen
soy Agustin de Salta,Argentina
y me quede intrigado por la pipa criolla,si no es molestia me podrias enviar una foto (o colgarla en el blog) de la susodicha?
desde ya muchisimas gracias!

Huck dijo...

Hola!!! Gracias por tu comentario, hermano.

Bueno, te digo que las pipas 2criollas", por lo general están fabricadas con "guayacán" o "majagua", maderas cubanas de gran dureza. Las boquillas son también de madera, algunas de ébano. Hay fotos de ellas aquí mismo en el blog, en la parte izquierda, donde dice: " Mis pipas cubanas" y "Atacador y pipas de los primeros días"...


Un abrazo



Huck