Aquí no se habla del Mío Cid, sino de "los Cid míos".

Aquí no se habla del Mío Cid, sino de "los Cid míos".
Los protagonistas de estas historias: Ramonín, Elaine y Camila (mi familia). IMPORTANTE: Ninguno fuma, y nunca lo hago cerca de ellos.

jueves, 4 de diciembre de 2008

LA PRACTICA COMO CRITERIO DE LA VERDAD. Constataciones caseras sobre el mundo de la pipa en experimentación aplicada.


Amigos

Hay un precepto filosófico que reza: "Las ideas no se combaten con ideas, sino con hechos". Esto es así, y gracias a la constatación práctica se pueden validar o desechar algunas ideas o teorías sobre cualquier cosa.


En los ultimos tres días, he podido comprobar cosas en el mundo de la pipa, las cuales redundan directamente en beneficio de mis conocimientos sobre este arte. Aquí van mis agradecimientos:


1.- Gracias, amigo Joao Viera, por demostrar que el filtro en las pipas permite minimizar (si no eliminar) el efecto de picor en la lengua de los tabacos aromaticos/aromatizados, etc. He comprobado fehacientemente que usando esto, si bien el tabaco sabe "atenuado", precisamente es lo que permite que la lengua no sufra. Tengo una Amphora con 5 filtros de igual marca de carbono y papel, que los usaré, junto con la pipa (que es la unica que soporta filtros), para tabacos de ese tipo.


2.- Gracias Camila, por demostrar, al lanzarlo en la poceta del inodoro, que el atacador de competición de madera que Carsipe me regaló garantiza el cumplimiento de la Ley de Arquímedes. Es cierto que al descubrir el hecho no dije precisamente "Eureka!!!", en realidad me salió un "CARAJO !!!", ante lo cual mi pequeña aspirante a Nobel de Fisica apaludió frenéticamente, henchida de gozo. Esto me demostró que estaba equivocado al pensar que un ser de 2 años de edad no era capaz de llevar a cabo tan sesudos experimentos.


3.- Gracias, Ramonín, por demostrar que con solo 14 escobillas limpiapipas (de las que me envió Iván) se puede hacer una réplica exacta -a escala- del stadium olimpico "el Nido" de Beijing. Pensaba erróneamente que eso solo podía ser obra de arquitectos iluminados.

Ahora, no todas las demostraciones tienen un final feliz, o al menos, emergen efectos colaterales que empañan un poco la magnificencia del conocimiento adquirido. Por ejemplo: si bien el experimento de Joao fue ganacia neta en todos los sentidos, el rescate del atacador dentro del inodoro trajo como consecuencia que mojara por igual mi reloj pulsera (es que tenía la mano derecha ocupada con la pipa), y como hace unos meses lo había reparado perdió la hermeticidad, por lo que luego de esterilizar a ambos (atacador + reloj), tengo a este ultimo debajo de un bombillo incandescente a ver si se le evapora la jodía humedad... Por otro lado, he logrado rescatar 8 de las escobillas de la estructura intrincada de la maqueta de "el Nido". Hay 6 escobillas que no sé cómo coño poder desatar.....


Hablando como los locos...alquien me puede decir qué hora es ?

jueves, 20 de noviembre de 2008

Temporada de Cata. Día 11.


DIA DE CATA 11. CONVIVENCIA PACIFICA EN LOS CUARTELES. Trasvase de liquidos en cantimploras no-reglamentarias.

Hoy estamos nuevamente de cata. Esta vez, con el Gravina Full Aromatic, gracias a la inestimable colaboración de Paco Duque.

Preparo el escenario, ubicado en el balcón de casa, pues hay frío, y como la casa está en consecuencia bien cerrada, nada de fumar en interiores.

Elaine salió a ver a su costurera, Ramonín enfrascado en un complicado diseño con el mecano, y Camila peinando los 6 pelos que le quedan a su muñeca favorita. Ambos están separados a una distancia prudencial entre ellos (3 metros con una cama de por medio), una especie de zona desmilitarizada o de tolerancia en la que no hay peligros de que el uno se antoje súbitamente de “su pelota” que en ese preciso (y no otro) momento está masticando pacíficamente la otra, o que esa otra no tenga alcance y reacción a desbaratar y babear el trabajo constructivo del primero….

Día 11. Bitácora del Capitán:
Contenido: Gravina Full Aromatic
Continente: Huckboo
Universo: Ramonín y Camila.

El Gravina Full Aromatic, tiene un corte grueso, que me pareció como un flake desmenuzado, cosa que ya me agrada desde el principio, pues me es fácil cargarlo, y una vez encendido, mantiene la brasa por mucho tiempo sin tener que estar muy pendientes de la fumada; además, las hebras estaban sobre lo seco, que es como en realidad me gusta el tabaco (no me gustan las mezclas húmedas, prefiero que el tabaco combustiones rápido, no sé por qué…en fin).

Camila viene dando tumbos desde su trinchera, solicitando hacer pipi. OK, esto me alegraría sobremanera, si no fuera porque ya se había hecho pipi. Con esto de los frentes fríos, ella, ha empezado a economizar palabras, y cuando ahora normalmente pide que la lleven al baño, en realidad lo que quiere decir es que le cambien la ropa.

No es que Camila no sepa servirse de la bacinilla por ella misma: es que le gusta usar el inodoro, y no alcanza a trepar por si sola. La última vez, por poco hay que rescatarla dentro de la taza.

La bacinilla, según decreto especial de mi hija, es para el oso y el ratón peluche, que sudan poliéster cada vez que Camila los lleva a realizar su forzadas e inexistentes necesidades fisiológicas (a veces tengo que ir yo subrepticiamente y echar algo de agua en la bacinilla para aliviar el martirio de los muñecos, pues según Camila, hasta que no hagan pipi, no se bajan del tibor ni a jodía).

En medio de esto, afortunadamente llega la progenitora, y se encarga de regañar a la beba por eso de “dónde se hace pipi , Camilaaaaa?” y la automática respuesta “en el tibooooooor, mamáaaaa…”. Elaine se vira y me mira como si yo tuviera la culpa. Pero es que Camila sabe decir lo del pipi ¡!! Y casi siempre funciona. Cómo voy a saber que se hizo pipi, o de si tiene ganas en ese momento? En fin. Pongo cara de pecador compungido, y vuelvo a lo mío. Qué más voy a hacer?

La carga del Gravina no me es muy difícil, a pesar de tener la consistencia de un flak desmenuzado. Un poco de trabajo para encender, pero cuando lo logro, queda perfectamente listo para no apagarse.

El olor…bueno, pues perfumado, pero sin llegar a lo “dulzón” de otros aromáticos. Más bien discreto (es que el paquete decía “full aromatic”, y eso me asusta como loco por lo de la lengua y tal, pero hasta mi hocico lo que llegó fue un olorcillo agradable, con leves toques cítricos, me parece, pero no puedo decir a ciencia cierta a qué cítrico… bueno…..).

Ramonín ni se siente. Mi esposa me da la tarea de supervisar cuidadosamente a Camila, que se está tomando junto al refrigerador una cajita de compota de mango-manzana. Esta es una actividad que, si bien puedo realizarla solo mirándola sorber acompasadamente la compota y fumar al mismo tiempo, no debo quitarle un ojo de encima hasta que apure la ultima gota.

Darle a un niño pequeño una caja abierta de compota de mango-manzana y dejarlo a su libre deglución, es abrirle todo un universo de infinitas posibilidades desastrosamente creativas. La última vez que Camila se tomó sola- sin supervisión alguna- una compota, la trasvasó casi íntegramente dentro del claxon de su velocípedo. El claxon en cuestión es una corneta plástica con una pera de goma al extremo, todo este conjunto tiene una capacidad para albergar en su interior hasta 8 onzas de compota de mango-manzana, tal y como se comprobó dos días después, durante la reconstrucción de los hechos en la escena del crimen. Si no es por los 18 millones de hormigas que tomaron por asalto el claxon del velocípedo, hubiéramos creído que ella se la había bebido como Dios y los padres mandan.

Esta vez Camila chupa con fruición el extremo de la cajita y termina dejándola en una esquina del fregadero, así que sigo la fumada, de manera agradable y relajada. La ceniza es blanca y pareja. Cuesta trabajo prensar con el atacador, pues las hebras se van endureciendo, además de que están sobre lo seco, y repito, similar a la experiencia con flakes desmenuzados, más o menos, y esto es de mi agrado (santa palabra). Pero no se apaga, y así voy los primeros 20 minutos.

El olor ambiental es discreto, con cierta fragancia que no es incómodo para mis dos pequeños correligionarios, que a estas alturas ya están pululando en equipo a mi alrededor para gestionar no-sé-qué permiso especial de mi parte para sacar la carriola al jardín del edificio y llenarla de tierra.

La sensación agradable de la fumada aún no es lo suficientemente maravillosa para que acceda a que jodan la carriola, así que los nenes se retiran contritos y le van con el cuento a mi mujer, que fue la que precisamente me los envío en procesión negociadora.

Mientras oigo los ruegos discretos de Ramonín y los chillidos descompuestos de Camila frente a la madre (Camila sí que sabe negociar, y generalmente obtiene lo que busca), continúo la fumada, siempre con un gusto a frutas, pero bastante discreto y balanceado, casi neutro…

Terminé a los 35 minutos, hasta el final con una ceniza fina, blanca y pareja.

No puedo decir que me haya mordido la lengua, pues ya la tenía requetemordida por el EXETER, que por fumarlo muy seguido (no hay otra opción) me la tiene hecha una alpargata, y ahora no quiero verlo ni en pintura hasta que mejore, y retiro lo dicho a que se parece al Clan y esas cosas.

Ahora voy a bajar a buscar la carriola, que me toca fregarla y quitarle el fango y los mocos: Al final, los nenes bajaron con Elaine…….

lunes, 3 de noviembre de 2008

El descanso del guerrero. La música como elemento edificante para la moral de las tropas....


Hoy no hay cata, pues tengo la lengua hecha un trapo por unos tabacos aromáticos que fumé sin mucho descanso, así que tengo que pagar (igual funciona eso de que "sarna con gusto, no pica...").


Pongo hoy a vuestra consideración, paciencia, benevolencia, lástima, conmiseración, irritación, etc, mi primer concierto en vivo, delante de espectadores: Camila, Ramonìn e Isoe (una vecinita amiga de los nenes).
Este es el link (en Youtube):




Normalmente, toco en solitario, y a altas horas de la noche, con dispositivos para silenciar los instrumentos de viento (musicales, que les conozco : armónica, flauta trasversa y flauta dulce).

Ahora, en esta oportunidad, estreno una de las flautas artesanales que estoy fabricando, junto a una armónica y la flauta dulce. Todos los instrumentos los estoy aprendiendo de manera autodidacta, y solo en plan de relax, nada otra cosa que ver...
Esta vez, los nenes se mantuvieron bastante tranquilos, así que no tuve que editar nada, e igual salió a la primera ....


Felices humos


Huck


lunes, 6 de octubre de 2008

Mi primera pipa de bambú: la "huckboo"


Pues sí….resulta que en estos tiempos mi economía familiar va en franca recesión, como para estar a tono con el mundo en general, así que este fin de semana, como cualquier “Lindoro Incapaz”, me paré frente al espejo y me dije a mi mismo:

- Mi mismo, tienes que hacer algo urgente para buscar algo de dinero extra.

Vamos, pues lo mejor que se me ocurrió (teniendo en cuenta los pocos recursos y menos herramientas con los que contaba para acometer cualquier tarea de tipo manual), fue fabricar flautas de bambú artesanales, para luego ver cómo venderlas en los mercadillos locales.

Ni corto ni perezoso (ok, un poco perezoso), salí el sábado en busca de bambú, y ya luego por la tarde en casa, armado de una pistola de soldar, un destornillador, un pedazo de papel de lija, un cuchillo comando con borde serrado, un software de afinación musical y escoltado por los nenes (además de contar con la bendición y mirada esperanzadora de mi media naranja), me dí a la tarea de luthier caribeño en el fregadero de la cocina.

A ver, a las dos horas de haber comenzado la empresa familiar, construir flautas, lo que se dice construir flautas, no hice ninguna, pero sí que me salió una pipa preciosa ¡!!! En el proceso de recolectar herramientas, buscando entre los cajones encontré una boquilla de ebonita que me habían mandado el año pasado de México, así que el instinto pudo más que la necesidad…) .

Caminando entre montañas de serrín y madera quemada, luego de sacarle de la nariz a Camila un minúsculo nudo de bambú y enjuagarle la boca a Ramonín por masticar papel de lija sin supervisión, le enseñé a Elaine mi obra maestra. La vi con intenciones de saltarme al cuello, y no precisamente para besarme… Bueno, es verdad que no contribuí a alegrar nuestras angustiadas arcas, pero, por otro lado, no es verdad que es una pipa preciosa? Miren la foto.

Siempre podré recomenzar lo de las flautas el fin de semana que viene. Por otro lado, no tengo más boquillas !!!

jueves, 19 de junio de 2008

Temporada de cata. Día 10


DIA DE CATA 10. VIDA DIARIA DE CAMPAMENTO. Dificultades sanitarias en el cuartel.


Hace un buen rato que no me aparezco por el blog. Por el tiempo transcurrido desde la ultima entrada, se puede inferir inequívocamente que ya Camila tiene una serie de dientes mortíferamente nuevos, lo que hace su mordida más dolorosa (para el que la recibe), y Ramonín está completamente de acuerdo en este punto.


También, por el lapso en cuestión, se deduce que su locomoción es más independiente y estable (pasó exitosamente por una caída de bruces con un saldo de dos puntadas en la frente). Ramonín ha progresado mucho en el lenguaje, y sigue hablando a veces en tercera persona, pero mucho más inteligible, la verdad. También dibuja encomiablemente y sigue estupendamente cariñoso.

No come mucho, porque no le viene en gana, y si sigue así, puede que no llegue competir en complexión con Mahatma Gandhi, pero al menos hace el equipo.

El comportamiento de Camila es relativamente monótono, a mi juicio. A ver: su vida de vigilia (cuando no está profundamente dormida chupando su pulgar con fruición), se divide de la siguiente manera:

- quitar y ponerse los zapatos continuamente (60 % del tiempo). Lo de quitarse los zapatos, lo hace con una maestría inimaginable (no hay nudo/combinación/código/lazo/hebilla que se le resista), que a la vez es inversamente proporcional a su habilidad de volvérselos a poner correctamente.

- mortificar a su hermano (15 %). Ramonín (Tata, para Camila), se ha ganado el Paraíso por vía expresa y expedita gracias a soportar mordidas, pellizcos, empellones, rotura de juguetes y demás atropellos fraternos, con una tolerancia, comprensión y sumisión nirvánicas.

- martirizar a sus progenitores (25 %). En esto la pequeña es toda una profesional, y no hay palabras para describir su dedicación, empeño y éxito en conseguirlo.

Nada de esto significa que Camila no sea capaz de hacer un millar de cosas más (cotorrear, correr, subirse a cuanto lugar peligroso hay en casa y fuera de esta, y otros portentos), pero inexorablemente lo hace dentro de los márgenes ocupacionales descritos arriba. Me explico: por ejemplo, canta en jerigonza de lo más bien, mientras se quita y pone los zapatos. Corre como una zarigüeya en apuros luego de desbaratarle al hermano su recién terminada torre de cubos plásticos fabricada por él a duras penas (corre con un zapato en la mano, y el otro puesto en el pie equivocado, pues a veces se solapan los porcientos ocupacionales); se sube al borde del sofá, con peligro de caer sobre la lámpara de pie de la sala, mientras se desgañita pidiendo que la carguen en brazos, etc, etc y etc.

Pues bien, heme hoy aquí pastoreando a mi infantil rebaño mientras mi esposa se ocupa de algunas cuestiones domésticas. Ahora están los dos diablillos en medio de una frágil e inestable tregua, al parecer, pues ambos miran arrobados no-sé-que-muñequitos en el TV sentados en la alfombra. Elaine plancha la ropa en el cuarto de los nenes, y no hay mejor momento que aprovechar para preparar y fumar una buena pipa.

Pero nada es perfecto: en cuanto selecciono la herramienta y el tabaco, pues me vienen unos inequívocos indicios desde el estómago que me aconsejan juiciosamente que postergue cualquier gestión no-fisiológica, y me dedique de lleno a ir al baño, y “dar lo mejor de mí”.

OK, pero tampoco es tan sencillo: el tiempo con que cuento es corto (antes de que los hermanitos se enzarcen en alguna trifulca hogareña), así que adelantaré la carga de la pipa mientras estoy “liberando rehenes”.

- Ely, ocúpate de velar a los nenes, por favor, que estoy en el baño, ok?- dejo la retaguardia cubierta.

Día 10. Bitácora del Capitán:
Insumo sanitario: Borkum Riff No. 8 Mixture
Instrumento: Brebbia
Expectadores: ya verán.

Una vez instalado en el trono, con una revista (AVIATION NEWS INTERNATIONAL) en mi regazo, despliego el instrumental y procedo a abrir la bolsa de tabaco y cargar la pipa. Como dice que el paquete que está aromatizado con vainilla esperaba que a mi cuasi-refinado hocico llegase el mismo aroma que con el Alsbo, pero es ligeramente más suave y menos penetrante.

No bien termino la carga, siento un tropel de piececitos minúsculos galopando en mi dirección, y ¡ZUÄBANA!, se abre la puerta del baño (puerta plástica plegable tipo “acordeón”, sin seguro) de un tirón, y entran los cabroncetes como bolas por tronera. Solo me da tiempo a poner la pipa cargada, el paquete de tabaco y el atacador en el lavamanos, y taparme como puedo con la revista.

- Papá, papá, Camila me mordió ¡!!!- se queja Ramonín, sin tiempo siquiera a reparar en el poco edificante estado de la autoridad paterna a la que se dirige.

- AHHHHH, papá cacaaaaaaaa ¡!!! – exclama alborozada la otra, con ojos como platos, mucho más rápida en darse cuenta de la compleja situación que su compinche.

- Coño, de acuerdo, pero salgan los dos de aquí, YA ¡!!- trato de espantarlos con desespero, pero los dos ya establecieron una cabeza de playa, y mientras Ramonín trata de arrebatarme la revista de mi regazo, Camila se aferra a los cordones de mis zapatos, luego de quitarme el cinturón del pantalón, que está a la altura de mis tobillos, como es natural para estos casos.

- Papá, quiere a limpiarte? – se ofrece Ramonín solícito, que saca de su nicho en la pared un par de kilómetros de papel higiénico, que no me da tiempo a detener, pues tengo a Camila levantada en vilo por los tirantes de su overol a la altura de mi cabeza, evitando que me quite también las medias. Tengo que balancearla para mantenerla alejada, pues mientras cuelga en el aire, con una mano usa parte del papel higiénico que el hermano a sacado y se limpia los mocos, mientras con la otra trata de agarrar la pipa cargada que reposa inmutable en el fondo del lavamanos, a mi derecha.

- Noooo, suelta eso ¡!! Elaineeeee, por favor, carajo, saca a los niños de aquí ¡!! -suplico, sollozante.

- ATA, AAAAATAAA ¡! - Lanza Camila su espeluznante grito de guerra, dando manotazos en el aire, mientras Ramonín trata de escalar por mis rodillas para alcanzarla.

- Ya voy, ya voy- le escucho mientras se acerca al lugar de los hechos, pero también noto que mi mujer aguanta la risa a más no poder- A ver, chiquillos, dejen a papá tranquilo.

Los nenes no cooperan, y se resisten al arresto materno, así que en segundos, el baño se convierte en una copia exacta del camarote de los hermanos Marx. Gritos, berridos, imprecaciones, forcejeos y demás lindezas. Conteo de daños al final: revista rota, 3 metros cúbicos de papel sanitario desenrollados y esparcidos por el baño y pasillo hasta la cocina, un nudo gordiano en los cordones de mi zapato izquierdo, y la hebilla de mi cinturón tirada en el desagüe de la bañadera (tiene la rejilla zafada). Daño colateral subjetivo e irreversible: perdí la inspiración (fisiológicamente hablando).

Los muchachos pasan a entretenerse jugando en la cocina (Ramonín a simular que está fregando la vajilla y Camila a desenredar el papel higiénico que conserva como trofeo de guerra) Elaine a lo suyo, y no se habla más del asunto. Para qué? Sé que la próxima lo volverán a hacer si pueden, así que trataré en lo delante de usar el baño de mi trabajo. Además, tampoco puedo regañarlos violentamente. No es pedagógico, ni práctico: cada vez que le hablo fuerte a los nenes, se c...... (en lo que yo digo).

Procedo entonces a encender la pipa, y el sabor del No. 8 mixture me hace olvidar, con su dulzor, el amargo recuerdo de mi malograda evacuación.

El tabaco me gusta, si bien al rato de fumar, va perdiendo ligeramente el acento de vainilla de las primeras pitadas. Bueno, ya para ese momento de la fumada, empieza la lengua a picarme a más no poder, no sé por qué me pasa esto con los aromáticos.

Termino la fumada, solo para sentarme con los nenes a recoger el papel higiénico, y tratar de pegar con scotch- tape la revista, rota precisamente en el artículo que me interesaba leer.

sábado, 23 de febrero de 2008

Temporada de cata. Día 9

DIA DE CATA 9. ENTRENAMIENTO ARTILLERO. Balística aplicada.

Queridos todos:

Por este medio me reporto de alta nuevamente, luego de unas vacaciones familiares de Fin de Año en mi pueblo natal (Jatibonico, Sancti-Spíritus), seguidas de un frenesí laboral que se ha extendido hasta hoy, por trabajo acumulado. El que la hace, la paga, así que tuve que arremangarme la camisa y ponerme al día.

A ver, a ver,….qué ha pasado en estos meses….ah, ya: el 10 de Enero, a Camila se le ocurrió nada más y nada menos que cumplir su primer añito, así que circunstancialmente fui obligado a hacer algo al respecto, que necesariamente tuvo lugar para el fin de semana siguiente a esa fecha. Durante el tiempo que medió entre el cumpleaños y la fiesta, Ramonín se gastó la dentadura afilándose los colmillos para el cake y los globos. El susodicho se enteró el día antes del onomástico y prudentemente se lo recordé esa mañana bien temprano (el día “D”) para que felicitase personalmente a su hermana luego de cepillarse los dientes y antes de partir al kinder, cosa que hizo sin otra ceremonia que morderle la barriga a la medio-adormilada nena y espetarle "FECIDADE "¡!!! estentórea y sorpresivamente en la orejita, a lo que la homenajeada respondió con un berrido de susto y un llanto descomunal sostenido. Luego de este percance, bajamos las escaleras a trompicones (me esperaba el auto para ir al trabajo y dejar al Ramonín en el kinder) entre lloriqueos de Camila, recriminaciones de la madre y mascullos ininteligiblemente rencorosos del incriminado.

La fiesta quedó bien, en casa, y los chiquilines se divirtieron en grande, aunque todavía estamos raspando merengue fosilizado entre los cojines del sofá, y manchas de refresco en algunas zonas de las paredes..

Durante todo este tiempo, he acabado concienzudamente mis reservas de tabaco, y reservé para el final el Alsbo Vainilla (no hay manera que encuentre en el teclado la dichosa bolita para poner encima de la “o”), muy atinadamente, pues hoy necesariamente tengo que fumar en interiores.
Lo que sucede es que a Camila le ha dado la neura por caminar. Y vaya que se lo ha tomado en serio. Esto ahora hace que sea imposible dejar de observarla por unos milisegundos. Así que si uno de los dos adultos esclavos del trabajo hogareño está ocupado en algo, el otro tiene que pastorear al bichejo en sus maniobras de traslación.

No hay nada que me ponga los nervios más en punta que ver el estresante espectáculo de una Camila bamboleante y con patitas temblorosas, dando pasitos rígidos con las manos extendidas hacia delante, que se va de bruces al suelo cada 6 o 7 pasos. Hay que estar prestos para correr a la velocidad de un bólido para evitar que deje algunos dientes en el suelo, o que se agarre del primer adorno que esté a su alcance, con el consiguiente derribe y demolición. Lo único que tiene de bueno esta etapa es que su trayectoria es perfectamente predecible: uno solo tiene que pararla erguida hacia la dirección escogida, y ella inevitablemente trazará - con su paso de Frankenstein en pañales - una línea recta. Cuando apuntamos con Camila hacia un blanco en específico (digamos, hacia el refrigerador, o hacia la mesa del comedor), debemos asegurarnos que la ruta no contiene un juguete, adorno, pared o un Ramonín en el medio. La colisión está 100 % asegurada en estos casos.

También podemos hacer variaciones experimentales de balística: Camila tiene predilección por succionarse el pulgar, a la vez que apretuja contra su oreja un trapito (la viva estampa del amiguito de Charlie Brown con su frazada). Si le damos el trapito y la soltamos a caminar, no puede chuparse el dedo, pues necesita al menos una manecita extendida hacia delante para estabilizarse y mantener el rumbo programado. Entonces, con el trapito contra su oreja, y la otra mano hacia delante, poco a poco va desviándose en su movimiento rectilíneo uniforme, hacia el lado opuesto al de la mano que garantiza el guiado horizontal. Ramonín y yo apostamos (en secreto y sin Elaine de por medio), por ejemplo, cuántos grados a la derecha (si le enganchamos el trapo a la izquierda) debemos girar a su fraterno proyectil de manera que choque contra la caja de juguetes (y la derribe) a unos 2 metros antes de llegar al sofá. Le aclaro al nene que el sofá sería en este ejercicio el objetivo a ser alcanzado, y la caja de juguetes, un daño colateral. El diablillo toma nota debidamente, y debo confesar que me supera con creces. Hasta ahora, el score está a su favor, con 3 de cada 5 blancos alcanzados, y siempre recuperamos la bala sin mayores abolladuras. Resultado: Camila mejora su desempeño andante, Ramonín aprende balística y yo me divierto un poco (inocentemente, claro). Por otro lado, ningún ser humano ni cosa material alguna utilizados para y por estas pruebas han sido dañados.

Como Elaine está lavando, y mi primogénito está enfrascado en arreglar (según él) la carriola, hoy no tiene gracia disparar a Camila con “efectos”, así que me contento con que camine de pared a pared del pasillo central, y mientras me permito unas fumadas.

Dia 9. Bitácora del Capitán.

Pólvora: Alsbo Vainilla

Cañón: Peterson

Dotación de la pieza artillera: Ramonín y Camila (blanco móvil)

El olor a vainilla es particularmente intenso, una vez abierto el paquete. Como es un paquetito de muestra (3 gms), ya tengo a Ramonín listo para pedírmelo en cuanto termine de cargar. Ahora las cosas son diferentes, pues Camila también se antoja del papel aluminio (y de cualquier otra cosa en general). Por eso, el experto (le lleva 3 años de ventaja a la otra), deja la maltrecha carriola a un lado y se posiciona antes que la hermana, que está en estos momentos enfrascada en untar con saliva una figurita de porcelana….COÑO, LA FIGURITA DE PORCELANAAAAAAAA ¡!!!!

A toda velocidad, dejo la pipa y el paquetito encima de la meseta de la cocina y me lanzo a quitarle a Camila de las manitas la figurita antes de que esta pierda definitivamente la forma. La estatuilla-víctima ya está completamente resbaladiza y asquerosamente viscosa (Camila babea más que la madre de Alien), por lo que la llevo al fregadero para lavarla un poco (a la estatuilla, a Camila ni con detergente se le quita). Así quedan las cosas, pues al mismo tiempo, el mayor de mis retoños estaba hurgando furtivamente en el interior del aromático paquetito de tabaco, y alcanzó a masticar algunas hebras antes de que yo pudiera abrir el grifo del agua.

Acto seguido, ante la literalmente amarga constatación de que no todo lo que brilla es oro (o mejor: no todo lo que huele a vainilla, lo sabe), Ramonín lanza un Alsbo-escupitajo hacia delante, con el pequeño y casual detalle de que yo me encontraba en su camino, avanzando hacia él.
Total, que el pantalón igual tenía que cambiármelo (variante de: “las uvas estaban verdes”). Aprovecho que mi sacrificada esposa está lavando (en la a su vez sacrificada máquina lavadora) y me quedo un poco más ligero de ropas, a ver si puedo terminar de cargar la pipa.

Ramonín, a hacer gárgaras con agua, Camila, a caminar y yo a fumar, que así debe ser.

El Alsbo prende bien, y la primera pitada deja un muy agradable sabor a Vainilla (bueno se suponía que fuera a eso, no?), tanto en el paladar como en el ambiente. La Peterson System contribuye enormemente a que la fumada sea muy seca, por lo que tengo la combinación perfecta para al menos unos minutos más.

Camila se detiene y empieza a olisquear de lejos:

- “Ñaña, pochoin ata ñum papa ¡!!”- grazna embelesada.

No tengo ahora mismo a mi alcance un diccionario bilingüe coreano-español, pero asumo que la nena se ha confundido y cree que le estamos cocinando algo dulce. Ramonín no cae en la trampa. Es probable que le haga rechazo a la pastelería con sabor a vainilla en el futuro.

Si bien no es un tabaco “fuerte” para mi gusto, si me es placentero al paladar, y no me deja picor en la lengua, lo cual agradezco mucho. El olor en la casa es definitivamente exquisito.

Sigo fumando por espacio de unos 10 minutos más…..ahora me están halando los calcetines desde abajo:

- Ata, ata ñum papa ¡?- solicita Camila, ilusionada.
- Caramba, que esto no es “papa”, no es comida, Camy….-le aclaro, de alguna manera.
- Ñam ATA PAPAAAAA ¡!!!

Ok, dejemos la fumada por ahora, que voy a prepararle un biberón de leche a la beba con una gotitas de extracto de Vainilla…….